Es el nombre utilizado para describir a la corriente religiosa que sostiene que el origen del Universo que son el resultado de acciones racionales emprendidas de forma deliberada por uno o más agentes inteligentes. Es considerada una pseudociencia .

Sus partidarios decían que era una propuesta científica legítima, capaz de sustentar un programa de investigación metodológicamente riguroso, el diseño inteligente es considerado por la comunidad científica de las ciencias naturales afines al tema sólo como una justificación a posteriori de la creencia en un creador determinado, presentada como una versión de creacionismo contemporáneo anti-evolución que trata de buscar la respetabilidad intelectual que el creacionismo clásico no ha sido capaz de obtener.

El movimiento del Diseño Inteligente igualmente rechaza las posturas representadas por la Evolución teísta y el Creacionismo evolutivo que aunque creen en la existencia de un creador y un propósito, a diferencia del Movimiento del Diseño Inteligente, la Evolución teísta y el Creacionismo evolutivo sí aceptan que los seres vivos se han diferenciado a través de un proceso de evolución natural sin la intervención directa de Dios; al considerar a Dios el creador de las leyes de la naturaleza, pero "sin actuar directamente" del desarrollo de los procesos que actúan en ella, y que son descritos por las ciencias naturales.

Una de las principales críticas científicas que se hacen al diseño inteligente es que no es una teoría científica real , ya que no sustenta sus bases en el método científico, a partir de experimentaciones y observaciones críticas y científicas. Otras críticas no menos importantes se refieren a la falsedad de sus principales afirmaciones, como por ejemplo, que los sistemas "irreduciblemente complejos" no pueden surgir por evolución darwiniana. Así, el consenso científico es señalar que el diseño inteligente intenta negar el hecho de que la teoría de la evolución es considerada una de las más grandes y sólidas teorías científicas actuales, describe un hecho sobre el que no existen pruebas o evidencias científicas

El debate, especialmente intenso en Estados Unidos, se ha extendido a otros países, generalmente por medio de la influencia de las iglesias evangélicas y otros grupos religiosos fundamentalistas gracias a los cuales se ha convertido en una posición de creciente fuerza.

Críticas científicas

La gran mayoría de los científicos e instituciones científicas rechazan las afirmaciones sobre diseño inteligente por su falta de base científica. La Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y otros organismos científicos clasifican el diseño inteligente como pseudociencia. A pesar de ello, los movimientos en apoyo del diseño inteligente han logrado suscitar una movilización política en Estados Unidos con seguidores, que abogan por la inserción del diseño inteligente en los programas de educación como si fuera una teoría alterna a la evolución. Se trata de los mismos sectores que han militado desde hace tiempo, con éxito desigual, por la supresión de la enseñanza de la evolución biológica o por la introducción en paralelo, “con el mismo tiempo”, de la cosmogonía bíblica.

Así el movimiento diseño inteligente es descrito por la comunidad científica sólo como una campaña organizada con el fin de promover la ideología del diseño inteligente hacia el público en general, especialmente en los Estados Unidos, impulsada por el Discovery Institute y el Centro para la Ciencia y la Cultura, indicando que si bien los argumentos del movimiento son presentados como seculares, el diseño inteligente se asocia con el conservador y con el creacionismo.

En respuesta a estas iniciativas, en junio de 2005, las academias de Ciencias, Ingeniería y Medicina lanzaron un sitio web donde se trata de aclarar al público que la Teoría de la evolución no es una teoría más sino la teoría más sustentada que actualmente existe sobre el origen de los seres vivientes.